Tuesday, December 12, 2006

Momentos Kodak…

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Ver la cara de confusión y tonto mientras lees este mensaje………NO TIENE
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Como dice el comercial…hay cosas que en la vida no se pueden comprar. No importa cuanto tiempo nos tome, cuanto dinero, o que tan difícil sea (aún mejor!), los buenos momentos, esas ocasiones especiales que originan diferencias en nuestras rutinarias vidas; esos momentos que nos sacan un destello de felicidad, que nos hacen morder las uñas, temblar, dar un profundo suspiro, una lagrima, una sonrisa, o incluso una cantaleta…son momentos que no se olvidan.
No tenía idea que escribir hoy en el blog, pues además la llegada de una no muy buena noticia me ha bajado un poco los ánimos. Pero entonces recuerdo algunos momentos que me han llenado de felicidades momentáneas últimamente: tiempos compartidos con mi familia, mi cumpleaños, llamadas inesperadas de familiares y amigos, amenas conversaciones y caricias…
Y entonces, tratando de darme ánimos a mi misma aquí en el trabajo, pensaba en todos esos detalles de la vida, que aunque parecen insignificantes, están llenos de valor. Usualmente no les damos mucha importancia, pero pueden hacer diferencia en las personas, pueden cambiar parámetros e incitar otros también. O cuantas veces no nos levantamos esperando una sonrisa, una llamada? Y cuantas de esas llamadas y sonrisas no nos han hecho ver las cosas de un modo diferente?
No hay nada más agradable, por ejemplo, que recibir una carta de un amigo que este lejos, o escuchar que alguien habla bien de ti. Tener una larga y placentera conversación con un viejo amigo o el pariente más cercano; lograr ese ascenso que querías, o saber que eres orgullo y ejemplo para otras personas.
Inclusive hay detalles más simples que no se pueden quedar atrás, como observar el mar, el atardecer o la luna; escuchar tu canción favorita en la radio, ver niños jugar a las fantasías, o que un desconocido nos sonría amablemente. Reírse tanto que duela el estomago, mojarse en la lluvia, encontrar dinero entre cosas guardadas, que alguien nos sorprenda dócilmente por detrás, tener comida caliente después de una larga jornada de trabajo, un beso tierno y apasionado, que digan tu nombre, o que simplemente te den las gracias.
A veces son precisamente esas pequeñeces las que nos hacen falta, porque nos motivan, se convierten en las razones para querer vivir. Personalmente, no hay nada que me de más felicidad, que el hacer feliz a otro. En nuestras manos, creo está, el crear momentos Kodak en nuestras vidas y en la de los demás.

1 comment:

Anonymous said...

Gran introduccion, me encanto! No tienes idea de como tus escritos me hacen pensar y meditar en aspectos de la vida.... sigue escribiendo asi!