"Un chicle que no sea de menta, por favor"

Estando aquí trabajando, la verdad sin mucho que hacer ni decir dada la monotonía de mi vida, y la de los otros dos individuos a mis lados……escucho que alguien en el piso grita pidiendo un chicle. Recuerdo entonces mi peculiar manera de pedirlos cuando era pequeña: - “un chicle que no sea de menta, por favor”.
Durante una etapa de mi niñez, la menta era uno de los sabores que no soportaba en cuanto a “mekato” y golosinas se trataba. Sin embargo, en ninguna ocasión se me ocurrió pedir sencillamente un chicle de fresa, cuando era lo que realmente quería; o uno de sabores ácidos que me gustaron tanto cuando salieron, o uno de tutifrutti, de esos que cambiaban de color según los masticabas. Nunca.
Lo curioso es que aunque no tenia claro lo que quería, sin lugar a dudas tenia muy claro lo que no quería.
En eso, la verdad, he cambiado muy poco……..aunque ahora me encanta la menta.