Qué cosas, ah?

Día común y corriente…hoy me había levantado con la sensación que algo extraordinario iba a pasar. Justamente hoy pienso que habrá algo diferente…pero encuentro el mismo cereal al desayuno, los mismos árboles en las calles que aun no se han recogido, la misma gente, yo igual..ja!
Últimamente he creído que anda como muy regada por el mundo la bendita manía de ser lunáticos, pues a causa de la significativa duda que nos bombardea por dentro, a la incertidumbre, como diría Shakespeare, entre el ser o no ser, esta manía se convierte entonces en la única alternativa a la cual aferrarse.
Y es que cada vez se hace como más difícil ser feliz, alcanzar el plan obsoleto de recrear una imagen por medio de lo que creemos querer, o de encontrar algo de carácter compensatorio como una simple caricia. La insatisfacción, más que un punto para el progreso, es ahora una razón para caer.
Soy simplemente una curiosa más acerca de la vida, pero aun tan ignorante que a veces me asusta y otras me avergüenza. Prefiero asustarme de todos modos ya que la ignorancia tiene cura, que la vamos sanando poco a poco..y al irnos a dormir nos llevamos una nueva enseñanza a nuestros sueños.
Nuestros corazones siguen siendo tan insondables como cada hombre y cada mujer. “El núcleo del ser es el acto de percibir y su magia es la conciencia” (Castañeda). Después de tantas capas de cebolla, tal vez sea cierto que somos un pedacito de Dios, y por eso el camino de conocernos a nosotros mismos sea…mmmmm largo? apasionante? misterioso?
Insondable como cada hombre y cada mujer.


(Ya veo porqué estudio psicología).