Han pasado 81 horas y 27 minutos, y las extraño y añoro más que nunca. Las extraño porque aún hay muchas cosas que quisiera hacer con ustedes, y añoro las tantas cosas que hemos hecho, que hasta parecen increíbles.
Nunca dejaré de agradecer todo lo que hemos vivido, porque se que es algo real y hermoso el que podamos compartir y enriquecernos de la potencialidad que cada uno tiene para compartir. En realidad ya hace un tiempecito que he venido analizando en lo que concierne a la separación, la soledad, la inquietud, la libertad, y en darle a cada cosa su lugar a partir de sus enseñanzas y de sus experiencias. Siempre las tendré presentes, porque al fin y al cabo somos uno, y ahora más que nunca me siento muy unida a ustedes.
Les agradezco lo mucho que han hecho en mi evolución espiritual que ha sido un largo camino que no termina, pero que al fin y al cabo se que el retorno al hogar será de todos juntos y celebrando nuestro triunfo, como seres de amor y guerreros de luz que somos. Es nuestra misión en este plano. Tenemos que crear redes muy fuertes y lazos indestructibles. Y aunque tal vez nos separen miles de kilómetros, hay que recordar que el aleteo de una mariposa puede generar un terremoto, así que extendamos nuestras alas de ángeles y volemos juntas.
Un abrazo, y recuerden que siempre están en mi corazón.
Las amo mucho.
