Amor, la palabra más mencionada en estos días. Se han vendido millones de chocolates, cartas, osos de peluche, tickets a las movies, hoteles y restaurantes…
Pero por más que hablemos de este indescriptible sentimiento, las cosas que suceden en nuestras vidas diarias parecen cada vez mas ausentes de este amor. ¿No será que estamos confundiendo este sentimiento con otra cosa?
Mis respuestas a estas preguntas han ido cambiando a lo largo del tiempo. Con el pasar de solo segundos, de las experiencias vividas, y de las observaciones de mi rededor, mis ideas sobre el amor se modifican. Sé algunas cosas que no son amor y sé dónde no he de buscarlo porque es muy raro que allí habite. Tengo demasiadas experiencias propias sobre su ausencia o su escasez, aunque cuando las estaba viviendo realmente pensaba que aquello no era otra cosa sino amor. Unos días se disfrazaba de necesidad y se maquillaba de deseo; otros días se vestía de atracción y se perfumaba de pasión. Usualmente lo busca mi lado débil, incompleto y disfuncional para tratar de encajar en su hueco y dar la apariencia de algo terminado y perfecto.
Y aun así, sigo sin saber que es amor. Estoy convencida de que es algo grande... mucho más grande que lo que puede albergar mi estrecho corazón o lo que puede entender mi mente más racional. El amor no pregunta, no pide, no reclama, no alardea, ni se muestra remiso. El amor siempre esta allí y acá, aunque nos cueste verlo y olerlo. Está en el hermoso atardecer, en los cantares de los pájaros, en la pareja de ancianos, en el beso de una madre a sus hijos, en la rosa, en la lágrima, en la sonrisa….
Son sólo el egoísmo y el miedo, que hacen que confundamos el amor, y que se manifieste a través del enfado, del odio, de la tristeza, de la envidia, de la hipocresía, de los celos, del rencor, de la guerra, de los prejuicios, las adicciones, la ansiedad y todas esas emociones que nos provocan tantos sufrimientos.
El amor por el contrario, se basa en el respeto mutuo, mientras el miedo se basa en el temor del uno al otro. El amor es compasivo, el miedo coge pena y lástima. El amor es totalmente responsable, el miedo echa culpas y escoge ser víctima. El amor es amable, el miedo es rudo y atropella.
Vamos a necesitar años de evolución consciente para que se refleje el verdadero amor y que eventualmente se traduzca en una convivencia verdaderamente más afectuosa entre los seres humanos, y que refleje la verdadera esencia de nuestro ser.
Mientras tanto, las flores, los chocolates, los masajes y otros regalos serán mas un reflejo de nuestro miedo que de nuestro amor….
Pero por más que hablemos de este indescriptible sentimiento, las cosas que suceden en nuestras vidas diarias parecen cada vez mas ausentes de este amor. ¿No será que estamos confundiendo este sentimiento con otra cosa?
Mis respuestas a estas preguntas han ido cambiando a lo largo del tiempo. Con el pasar de solo segundos, de las experiencias vividas, y de las observaciones de mi rededor, mis ideas sobre el amor se modifican. Sé algunas cosas que no son amor y sé dónde no he de buscarlo porque es muy raro que allí habite. Tengo demasiadas experiencias propias sobre su ausencia o su escasez, aunque cuando las estaba viviendo realmente pensaba que aquello no era otra cosa sino amor. Unos días se disfrazaba de necesidad y se maquillaba de deseo; otros días se vestía de atracción y se perfumaba de pasión. Usualmente lo busca mi lado débil, incompleto y disfuncional para tratar de encajar en su hueco y dar la apariencia de algo terminado y perfecto.
Y aun así, sigo sin saber que es amor. Estoy convencida de que es algo grande... mucho más grande que lo que puede albergar mi estrecho corazón o lo que puede entender mi mente más racional. El amor no pregunta, no pide, no reclama, no alardea, ni se muestra remiso. El amor siempre esta allí y acá, aunque nos cueste verlo y olerlo. Está en el hermoso atardecer, en los cantares de los pájaros, en la pareja de ancianos, en el beso de una madre a sus hijos, en la rosa, en la lágrima, en la sonrisa….
Son sólo el egoísmo y el miedo, que hacen que confundamos el amor, y que se manifieste a través del enfado, del odio, de la tristeza, de la envidia, de la hipocresía, de los celos, del rencor, de la guerra, de los prejuicios, las adicciones, la ansiedad y todas esas emociones que nos provocan tantos sufrimientos.
El amor por el contrario, se basa en el respeto mutuo, mientras el miedo se basa en el temor del uno al otro. El amor es compasivo, el miedo coge pena y lástima. El amor es totalmente responsable, el miedo echa culpas y escoge ser víctima. El amor es amable, el miedo es rudo y atropella.
Vamos a necesitar años de evolución consciente para que se refleje el verdadero amor y que eventualmente se traduzca en una convivencia verdaderamente más afectuosa entre los seres humanos, y que refleje la verdadera esencia de nuestro ser.
Mientras tanto, las flores, los chocolates, los masajes y otros regalos serán mas un reflejo de nuestro miedo que de nuestro amor….